miércoles, 5 de enero de 2011

Cementerio club

¿Quién le dio al pequeño dios
el centro gris del abismo?

la piedra contiene -lapidado- un nombre
como si el cementerio no albergara más que esa mínima memoria
inútil
ese gesto ese hábito esa disposición
primera sujeción del cuerpo
golpe lapidario
y primigenio
crimen fundante
esa violencia 
del nombre

muerto el cuerpo
desmembrado
horadado penetrado habitado
por gusanos formol
y otras alimañas
se ríe irónica una palabra

esa que acompañó
a despecho
esa la primer herida
siempre cicatrizada siempre abierta siempre a la espera
amenazante
se burla ahora
petrificada
de las putrefacciones del muerto
la impermanencia
la locura ociosa de vivir

¿y quién se atreverá a develar
la locura que esconden
las letras

el abismo que abre
cada nombre

la desgarradura
ausente
del silencio?

¿quién se atreverá
a perder
quién se atreverá
a olvidar
su nombre?

ni un sonido
ya
despierta la noche

la lluvia que enjuga las palabras
se deja resbalar con ellas

la lluvia
moja también
mejillas de mármol
juega a correr por los canales de la piedra
y a desbordarlos
y a corroerlos

la lluvia

se atreve


sin fondo sin centro
el abismo
abisa