miércoles, 27 de abril de 2011

Cartografías II

El navegante cartografía: apunta en el mapa aquellos topos, aquellos punctum salientes de la geografía, aquellos recorridos silenciosos y sin huella que ha realizado. Y al apuntarlos, los crea, los inventa para sí, los incorpora.
Los distintos topos, creados y re-creados por el arte del cartógrafo, hallan en el mapa su delimitación. Cómo delimitar, cómo limitar, es una cuestión no meramente geográfica (cómo podría serlo), sino en primer lugar política. En toda limitación se pone en juego una política. Lo que la cartografía nos invita a pensar, sin embargo, no es tanto una geopolítica como una biopolítica: aquella que recae sobre los cuerpos y los regula, pero por sobre todo, los hace ser.
¿No es acaso mapearse lo que hace el niño, al recorrer su cuerpo y toparse con sus pies? ¿Encontrar sus límites, recortarse del otro...? ¿No es acaso marcar límites lo que hace la madre con sus caricias? Recorridos que guarda la memoria del cuerpo, recorridos que habitan en la piel. Hacerse un cuerpo, construirse un cuerpo es en principio cartografiarse, toparse con la propia piel, con la piel del otro.

Y en los recorridos, eros.
[contacto
(y también: roce choque caricia golpe marca)]
la piel es política, campo de pactos alianzas disputas trances luchas batallas

amantes y cartógrafos:
el cuerpo esencialmente mapea