miércoles, 10 de septiembre de 2014

Tal vez

...trazar las palabras sobre el papel 
me produce un verdadero goce plástico.
R. Barthes

trazo de líneas
trazo de formas
trazo de palabras

trazo de trazos

tal vez te haya ocurrido
al viajar a japón
(un japón lejano en el espacio)
(un japón alejado en el tiempo)
que no había diferencia

entre una palabra
entre una figura
entre una palabra

entre, entre y entre

tal vez entonces supiste 
que ese instante fluía

     –fugaz

         y que ya

                 se estaba 

                            yendo


viernes, 1 de agosto de 2014

Miro la luna
por la ventana
a través de la huella que mis manos
dejaron al recorrerla.
Cóncava la una
cóncava la otra
concavidades opuestas
e infinitamente lejanas.

lunes, 7 de julio de 2014



...el texto equivalente a ser.
y ser es equivalente 
a vivir
y
La vida se convierte
en una forma de escritura...
que roza lo escribiente
del poema
(y haciendo de lo simple 
la palabra ausente)

Inaugural metabolismo
de una filología
que se desplaza por los espacios
(vacíos)
que dejan las palabras
(vacías)
una filología
que ha descubierto un nuevo verbo:
el verbo siempre
(y entonces
ya no hay palabras diferentes
y todo sucede
en un eterno ahora:
palabra-siempre
escritura-siempre
...poema-siempre
...
El ser es escritura.
y la escritura
es ser
(y todo lo que eso implique)
...el otro verbo,
nunca
es tan sólo su

(diminuta)
 sombra.

R.Juarroz

sábado, 5 de abril de 2014

Reveces

Digo palabras frente al espejo.

Unas veces se fugan por el aire.
Otras veces duplican el espejo
y encuentro dos espejos mirándose.
Pero algunas veces
las palabras entran en el espejo.

R. J. 

Resultará extraño, tal vez,
el doblez del poema

(las palabras, por el espejo,
¿hallan su revés?)

doblez que no es otro que
las palabras deslizándose
penetrando
en el poema

(espejo infinito
en el que borges se mira
mirando al otro borges)

al encontrar su revés,
la palabra se vuelve una
consigo misma.

martes, 19 de noviembre de 2013

El Capitán Beto

Para comprobar que hablo
que efectivamente hablo
debo hablar.
En mi mente hablo mucho demasiado
pero las palabras que salen
son gorgojeos,
palabras sin sentido
en definitiva, no-palabras.
no y si -son las únicas cosas que puedo decir
si y no -por suerte.
Traducir un parpadeo a un sonido a una (finalmente) palabra sin que ocurra mediación alguna; pero ahora me quedaba en el parpadeo; siquiera alcanzando a decir algunas sílabas, desordenadas, informes, incoherentes.
Me detengo a pensar en un libro de Ortiz
que leí hace apenas unas semanas
en que ortiz piensa en uno de sus amigos de la infancia
que por una u otra razón, se había quedado encerrado en sí mismo.
Me pregunto si alguna vez llegaré a ser como él, silenciosa, calladita, casi ciega; si alguna vez reiré nuevamente, si alguna palabra saldrá de mi boca, o si deberemos irnos hacia las abisalidades del Capitán Beto.

domingo, 10 de noviembre de 2013

"mirar la luz"
tantas veces esa metáfora
que en realidad
no
no es la apropiada
tal vez más preciso sea
moverse hacia aquí
hacia allá
estar en constante movimiento
sí, es verdaderamente
la metáfora apropiada
porque por más que se esté
calmo
por más que se esté
quieto
uno no deja de fantasear
de figurarse
de pensarse
en movimiento
un movimiento totalmente activo
por más que no se pueda mover
no se pueda caminar
no se pueda hacer nada con la parte derecha del cuerpo

sí, la verdad que sería un estar en movimiento
constantemente
podía hablar, moverme
y eso
¿no es la realidad?
¿no es lo que pasaba?
¿no me pasó realmente?

Hace un año...

A Seba

Hace un año salíamos a dar una vuelta. Una vuelta cortita, pero especial. Era una de mis primeras caminatas por buenos aires. Veía todo a mi alrededor: las casas los edificios los hoteles los árboles las verdulerías. Y yo apenas podía nombrar todo eso: tan desconocidas resultaban para mí todas aquellas palabras, todos aquellos lugares, todo aquello. Fuimos a la avenida libertador, a unas siete cuadras de dónde estábamos. Por aquel entonces esa fue LA gran caminata que hicimos. Por suerte, yo llevaba un pañuelo en la cabeza que me había comprado el día anterior. Fuimos a un mcdonnals, a comer algún sandwichito, o alguna papa frita. No me llevaba bien con la gente, no podía hablar bien y me daban unos dolores de cabeza tremendos. Te dije en un momento: "vámonos". Y nos levantamos, pero no sin llevarnos las papas fritas. De vuelta las siete cuadras, de vuelta todos los pajaritos las plantas los autos las palabras, todo de vuelta. Por suerte, estabas a mi lado. Y no requeriste ninguna palabra. Volvimos al depto, y nos sentamos afuera para comer las sobras. Pero resultó que se me cayeron, la torpeza propiamente mía (MÍA!) y tuvimos que regresar sin comer nada. Y así fue como volví.