martes, 19 de noviembre de 2013

El Capitán Beto

Para comprobar que hablo
que efectivamente hablo
debo hablar.
En mi mente hablo mucho demasiado
pero las palabras que salen
son gorgojeos,
palabras sin sentido
en definitiva, no-palabras.
no y si -son las únicas cosas que puedo decir
si y no -por suerte.
Traducir un parpadeo a un sonido a una (finalmente) palabra sin que ocurra mediación alguna; pero ahora me quedaba en el parpadeo; siquiera alcanzando a decir algunas sílabas, desordenadas, informes, incoherentes.
Me detengo a pensar en un libro de Ortiz
que leí hace apenas unas semanas
en que ortiz piensa en uno de sus amigos de la infancia
que por una u otra razón, se había quedado encerrado en sí mismo.
Me pregunto si alguna vez llegaré a ser como él, silenciosa, calladita, casi ciega; si alguna vez reiré nuevamente, si alguna palabra saldrá de mi boca, o si deberemos irnos hacia las abisalidades del Capitán Beto.

1 comentario:

Dai Agesta dijo...

Digo "las profundidades del capitan beto" porque ir bajo el mar, me de un poquito de miedo...